Método de ritmo o método de calendario
Consiste en contar los días del ciclo menstrual de la mujer para evitar (o en algunos casos lograr) que se produzca un embarazo. Es el menos eficaz de los métodos de planificación natural y no debería ser utilizado para evitar un embarazo si existe cualquier otra opción posible. Primero se establece la periodicidad de la menstruación, esto es, el tiempo que existe entre una menstruación y otra. Tiene mayor efectividad cuando se tienen periodos regulares. Para encontrar y conocer la cantidad de días de la fase infertil preovulatoria, se resta 19 al número de días del ciclo más corto ( 28-19= 9, en las mujeres regulares); el resultado dirá el último día del periodo preovulatorio, es decir que luego de este comienza la etapa fértil o de ovulacion. Para encontrar el inicio de la fase infértil postovulatoria se resta 10 al número de días del ciclo más largo. Por ejemplo, para una mujer cuyo ciclo menstrual se extiende entre 29 y 35 días, se estima que es infértil los primeros 10 días de su ciclo (29 – 19 = 10), es fértil entre los días 11 y 24, y vuelve a ser infértil el día 25 (35 – 10 = 25). Tiene un nivel de fallo anual del 25%, pero si se utiliza de manera adecuada se puede reducir hasta al 9%2 . Posee una efectividad del 64%.Esta tasa de fallo es similar a la del condón que para un uso típico rondaría el 15%
Solo puede ser utilizado por mujeres con menstruaciones regulares (ciclos de 28 a 30 días) sin que haya habido retrasos superiores a los 3 días en medio año; en otros casos no es fiable.
La planificación familiar natural son métodos para evitar el embarazo que se basan en abstenerse de tener relaciones sexuales con penetración durante el periodo fértil del ciclo natural. Estos métodos están pensados para parejas estables, y necesitan la participación de ambos miembros de la pareja.
Estos métodos deben ser complementados por algún método no natural si lo que se desea es evitar el contagio de ENFERMEDADES DE TRANSMICION SEXUAL. Por otro lado, si se emplean métodos anticonceptivos no naturales durante los días fértiles, no se trataría de planificación familiar natural sino planificación familiar mixta.
Método de temperatura basal
La temperatura basal es la temperatura más baja que alcanza el cuerpo en reposo (normalmente durante el sueño). Mediante el método de la temperatura basal se pueden conocer los días fértiles en el ciclo menstrual de una mujer.
El método de la temperatura basal consiste en registrar en tablas la temperatura corporal a lo largo del ciclo menstrual, lo que permite advertir el desnivel de temperatura −de entre 0,2 y 0,5 grados C.− producido por la secreción de testosterona en el ovario tras la ovulacion. Este método sólo diagnostica la fase infértil post ovulatoria. Cuando se añade un cálculo para determinar una fase relativamente infértil preovulatoria, al inicio del ciclo, se trata del método ciclo-térmico.
Es necesario usar un termómetro de galio o galinstan, los cuales son más precisos que los termómetros digitales. Se empieza a tomar la temperatura el 5º día del ciclo, por vía rectal o vaginal durante 3 minutos. Se mide al despertar antes de cualquier actividad, después de haber dormido por lo menos 3 horas. Las variaciones de una hora en la medición se harán constar ya que tomada una hora más tarde la temperatura puede elevarse una décima y una hora más pronto de la habitual disminuir 1 décima. También deberá recordarse lo que pueda afectar la temperatura como una cena notoriamente más o menos abundante, resfriados, toma de alcohol, trasnochar, toma de medicación, cambio de termómetro etc.
Las que tienen turnos nocturnos la observan después del mayor descanso. Cuando una mujer debe levantarse repetidas veces por la noche, deberá descansar una hora antes de medir la temperatura. En caso de búsqueda de embarazo, el primer test solicitado por el especialista suele ser una gráfica de temperatura basal ya que dos niveles de temperatura y la duración del nivel alto son indicativos de ovulación y de calidad del cuerpo amarillo post ovula-torio.
Este es un método anticonceptivo natural.
Tiene una tasa de fallos del 0,3 % en uso perfecto y 3,1 % en el uso típico.1 2 Esta tasa de fallo es inferior a la del condón que para un uso típico rondaría el 15%.
La lactancia materna es un hecho biológico sujeto a modificaciones por influencias sociales, económicas y culturales, que ha permanecido como referente para los bebés humanos desde los orígenes de la humanidad hasta finales del siglo XIX, tanto si se trata de leche de la propia madre o leche de otra madre, a cambio o no de algún tipo de compensación.7
A principios del siglo XX (20) se inicia lo que ha sido considerado como "el mayor experimento a gran escala en una especie animal": a la especie humana se le cambia su forma de alimentación inicial y los niños pasan a ser alimentados con leche modificada de una especie distinta.8
La frecuencia y duración de la lactancia materna disminuyeron rápidamente a lo largo del siglo XX.9 En 1955 se había creado en las Naciones Unidas el GAP (Grupo Asesor en Proteínas), para ayudar a la OMS a ofrecer consejo técnico a Unicef y FAO en sus programas de ayuda nutricional y asesoría sobre la seguridad y la adecuación del consumo humano de nuevos alimentos proteicos. En los años setenta el GAP emite informes donde advierte la preocupación por el problema de la malnutrición infantil derivada del abandono de la lactancia materna e invita a la industria a cambiar sus prácticas de publicidad de productos para la alimentación infantil.
En 1979 la OMS/Unicef organiza una reunión internacional sobre la alimentación del lactante y el niño pequeño. De la reunión sale una resolución llamando a la elaboración de un Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de Leche Materna.10 También se funda IBFAN para velar por el desarrollo de dicho Código. Paralelamente resurge el interés de la comunidad científica por la lactancia materna y son múltiples las investigaciones que se hacen sobre la misma. Empieza a acumularse la evidencia sobre la superioridad de la leche humana para la alimentación del lactante y el niño pequeño. Otros investigadores dirigen sus esfuerzos al estudio de los condicionantes de la lactancia y de los factores que influyen en la elección del amamantamiento y en su duración. Los movimientos sociales (grupos de apoyo a la lactancia materna) y la evidencia científica de que el abandono de la lactancia materna supone un problema de salud pública prioritario en todos los países del mundo empujaron a las instituciones internacionales y nacionales, con la OMS a la cabeza, a poner en marcha diferentes iniciativas.
En 1981 se convocó la 34 Asamblea Mundial de la Salud WHA 34.2211 que aprobó el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de Leche Materna12 compromiso ético que los distintos gobiernos debían adoptar. La lentitud de los gobiernos para transformar en Leyes las recomendaciones del Código llevó a la OMS y el Unicef a promover reuniones internacionales que promovieran el apoyo a la lactancia materna.
En 1989, la OMS/Unicef hace público un comunicado dirigido a los gobiernos: “protección, promoción y apoyo de la lactancia natural. La función de los servicios de maternidad”.13 En el mismo año las Naciones Unidas adoptaron la Convención sobre los Derechos de la Infancia.14 El apartado e) del artículo 24 hacía referencia expresa a la necesidad de asegurar que todos los sectores de la sociedad, y en particular los padres y los niños, conozcan las ventajas de la lactancia materna y reciban apoyo para la aplicación de esos conocimientos.
En un antiguo orfanato de Florencia (Ospedalle degli Innocenti, 1990) se celebró una Cumbre mundial con el lema “La lactancia materna en el decenio de 1990: una iniciativa a nivel mundial” a la que asistieron representantes de 30 países que respaldaban la Convención sobre los derechos de la infancia y firmaron una declaración de compromiso: Declaración de Innocenti15 que servirá de referencia para la promoción de la lactancia materna durante muchos años, siendo revisada posteriormente en el 2005.16
Consecuencia directa de esta Declaración fue la creación, en 1991, por un lado de World Alliance of Breastfeeding Action (WABA), red internacional de personas y organismos que trabajan en colaboración con OMS/Unicef con la misión, entre otras, de organizar anualmente la Semana mundial de la lactancia materna, y por otro la Iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento y la lactancia (IHAN) –inicialmente llamada Iniciativa Hospital Amigo del Niño–, que busca evaluar la calidad asistencial a madres e hijos en hospitales y maternidades.
En 1992, la Conferencia internacional sobre nutrición, convocada por FAO y OMS en Roma,17 acepta las metas para el año 2000 de la Cumbre Mundial a favor de la Infancia, destacando la promoción de la lactancia entre los 8 temas más importantes de la nutrición mundial. En 1994, la Cumbre sobre promoción y Desarrollo recomendó la lactancia materna como herramienta para mejorar la salud materna y espaciar los embarazos. En la Cumbre Mundial sobre Mujer y Desarrollo (Pekín, 1995)18 se apoyó la necesidad de dar facilidades para la lactancia a las mujeres trabajadoras. En 1999, la Conferencia Internacional de la OIT revisó el convenio de Protección de la Maternidad19 que consolidaba el derecho a un permiso pagado por maternidad para todas las mujeres trabajadoras y el derecho a intervalos pagados para amamantar durante la jornada laboral.
La Asamblea de la OMS de 1994, en la resolución 47.520 fijó la duración óptima de la lactancia materna exclusiva en 6 meses y llamó la atención sobre el error de distribuir sucedáneos de leche materna en situaciones de emergencia y propuso recoger datos sobre el crecimiento de lactantes amamantados que sirvieran para elaborar un nuevo patrón de crecimiento.
Con el objetivo de que los gobiernos se impliquen de una forma más decidida con la lactancia materna y aporten recursos económicos, se aprueba la Estrategia Mundial para la Alimentación del Lactante y el Niño Pequeño (EMALNP), por consenso de la 55 Asamblea de la OMS WHA 55.25,21 en mayo del 2002 y por la Junta Ejecutiva del Unicef, unos meses después. La estrategia marca líneas de actuación que deben seguir los países miembros, basadas en pruebas científicas. La mayor parte de las recomendaciones están dirigidas a mejorar los índices de lactancia materna. Se reconoce que la lactancia es, en parte, un comportamiento aprendido y que hay que ofrecer a las madres lugares donde poder aprender, como los grupos de apoyo a la lactancia materna, protegidos de la publicidad de las casas comerciales.22
El Plan Estratégico para la protección, promoción y Apoyo a la Lactancia se presentó en Dublín en 2004 por la Dirección General para la Salud y protección del Consumidor de la Comisión Europea. Este documento reconoce las recomendaciones de la EMALNP y las adapta a la realidad de Europa.23
En 2006 la Unión Europea publica las “Recomendaciones Standard para la alimentación del lactante y niño pequeño en la Unión Europea” que constituye una completa guía para la alimentación del lactante y el niño pequeño desde la gestación hasta los 3 años. Contiene apartados especiales para los prematuros, situaciones que contraindican la lactancia, riesgos de no amamantar y recomendaciones para el uso apropiado y seguro de sucedáneos cuando la madre así lo decida.





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